Quien visita Samaniego, nuestro pueblo, sabe que es conocido como uno de los municipios más fríos de Rioja Alavesa (Álava, Euskadi). Y es que, ¡qué sería de Samaniego sin ese viento Norte que nos acompaña muchas de las tardes de verano!

La Sierra de Cantabria lo bordea al norte, haciendo que gran parte de los fríos y húmedos vientos se queden al otro lado. Un territorio con clara impronta de clima atlántico, que se refleja en los vinos.

Pero el visitante también sabe que la historia de Samaniego está íntimamente ligada a la viticultura y al vino, ellos son el motor económico de la localidad.

En la zona hay vestigios de la existencia del ser humano desde la Edad de Bronce y testigo de ello son el dolmen de Layaza, la necrópolis de la ermita de San Roque o los lagares rupestres de Montecillo.

El origen de la localidad se data a principios del siglo XV, cuando los habitantes de la antigua aldea de Pazuengos bajaron desde las laderas. De hecho, la Iglesia de la Asunción está adosada a un torreón perteneciente a una fortificación de aquella época. De ahí su pasado ‘guerrero’ y defensivo, al ser zona fronteriza entre los antiguos reinos de Navarra y Castilla. En 1668 Samaniego obtuvo el título de Villa, un momento de gran auge.

Otros de los monumentos históricos del municipio son la Ermita del Cristo, la Ermita de San Roque y el Palacio de Samaniego.  Este último edificio es hoy un hotel de lujo, restaurado sobre una casa solariega del siglo XVII, un ejemplo perfecto de la arquitectura de la época.

Se cree que el Palacio de Samaniego se erigió anexo a otro de los torreones que defendían la Villa, el cual quedó integrado en el edificio. Según los estudios, fue el cura del pueblo Diego López de Samaniego quien ordenó su construcción, aunque posteriormente recayó en manos de diferentes familias.

Además del Palacio, el área más característica de Samaniego es el barrio de bodegas ‘Matarredo’, que en la antigüedad contaba con más de 150 calados (lagares). Una de las características de este barrio, y que lo diferencian de otros existentes en poblaciones vecinas, es que las bodegas subterráneas no se encuentran en el subsuelo del núcleo urbano, sino fuera y que la gran mayoría de ellas están interconectadas con tuberías subterráneas haciendo que el desagüe se produzca de forma natural en el río, en la parte más baja de la ladera que conforma este barrio.

Las vistas a Rioja Alavesa: El balcón de la Rioja

Todo visitante a Samaniego debe realizar una parada el balcón de la Rioja, en la subida al Puerto de Herrera, dirección a Vitoria Gasteiz. No hay duda de que desde este punto es posible admirar la mejor perspectiva de los pueblos y viñedos del sur de la provincia de Álava. En días soleados, la vista se pierde en el horizonte hasta alcanzar prácticamente todo el Valle, una estampa de ensueño.

El balcón de la Rioja es, además, un emplazamiento perfecto para descubrir la fauna y la flora de nuestra tierra y hacer picnic con vino de Ostatu, pues dispone de mesas y bancos destinados a este fin.

Tradiciones en Samaniego

Las Mañas es un ritual de origen pagano que se celebra en torno a solsticio de invierno, el 7 de diciembre, en el cual los vecinos ‘limpian’ el pueblo de los malos espíritus.

Se trata de una fiesta popular en la que participan todos los miembros del pueblo: las personas mayores recogen el espliego (mañas) y forman haces o ramilletes que después se secan; los jóvenes recogen leña para prender una gran hoguera y los niños se encargan de poner las mañas en la hoguera para purificar la Villa.

La gastronomía (chorizos, panceta, patatas y ajos asados) y el vino son también protagonistas de esta reunión de origen ancestral.

Otra de las efemérides populares es el Juicio a Judas, una tradición que data del siglo XIV y cuya celebración se recuperó en 1994. Durante esta celebración del Domingo de Resurrección, los vecinos atribuyen al ‘traidor’ todos los males. Este día son también tradicionales las rosquillas asadas (no fritas). Estas se recogen en collares y se cuelgan de la imagen del Cristo Resucitado, para ser bendecidas.

Y, por último, ¿sabes cuál es el gentilicio de los habitantes de Samaniego y por qué?